sábado, 1 de noviembre de 2014

En Buenos Aires, Ma. Encarnación Anadón y Franco Gariboldi, miembros ULatE, reciben la Bandera de la Paz





 Cristina de la Concha

Reciben la Bandera de la Paz en Buenos Aires, Argentina, Ma. Encarnación Anadón y Franco Gariboldi, en una ceremonia que tuviera lugar el día 2 de octubre pasado, en el Senado de la Nación, con acreditación de la UNESCO como Embajadores de la Paz.
Se les consideró para este nombramiento por la labor de difusión de la cultura chaqueña y, principalmente, por la acción mantenida a través del tiempo en visitas a las escuelas contando cuentos, disfrazándose, tocando diversos instrumentos musicales y haciendo trucos de magia, en su país, en México y en diferentes puntos de Sudamérica.

La Unión Latinoamericana de Escritores ULatE celebra la noticia que considera un evento merecido pues se honra en contar a Ma. Encarnación Anadón y Franco Gariboldi entre sus miembros que se han destacado por su gran colaboración a los encuentros, sus donaciones de libros de Chaco en los municipios hidalguenses y sus siempre optimistas semblantes, en actividades que esta asociación lleva a cabo sin lucro alguno, desde el voluntariado.

Como presidente de la ULatE, me siento muy orgullosa de tenerlos en la agrupación, como individuo, me siento muy emocionada, muy conmovida de este reconocimiento a los dos chaqueños que han venido a mi tierra mexicana, hidalguense, a Tulancingo, a entregar su trabajo, su energía, su cariño en las escuelas, con un desprendimiento, con una calidad humana, con un humor que han movido muy dentro. Han sido un estímulo invaluable, han sido un hombro donde recargar el peso de la organización de los encuentros y donde llorar también cuando algo queda mal, o ¡de alegría! cuando salimos de las escuelas, cuando miramos los textos de los alumnos, cuando nos hemos despedido.
Ma. Encarnación Anadón y Franco Gariboldi, con fortaleza de espíritu y una voluntad enorme de compartir, de contribuir a la sociedad, al pueblo, a la educación, a la lectura, a la paz, han participado en los Encuentros Latinoamericanos de Escritores en el estado de Hidalgo del 2º al 6º. Con esa voluntad de acero, van a las escuelas, donde sea que se encuentren, por muy lejos que estén y por muy resquebrajado que sea el camino, sin importar la hora ni el clima, por llevar sus presentaciones a los niños, a los adolescentes, a los grandes y fomentar la lectura, la cultura. A ellos no les importa si hay complicaciones, si hay que esperar, si la comida tiene picante, y yo los amo.
Son un ejemplo a seguir, sobre todo en estos momentos en que la violencia parece acrecentarse en el mundo, en que imploramos la paz, la armonía, ¡educación! en nuestros países, en que el neoliberalismo amenaza la ecología y la economía en Latinoamérica. Un ejemplo que debe dispersarse, sí, y que se riegue por todos los lugares, que se contagie esta actitud por los rincones del continente, por mi México herido y todos los países latinoamericanos.